Llegó a España en la soledad del que busca camino sin saber qué paso llevar. Por aquellos años se presentó en el mundo de la canción con el nombre de Mister Sucu-sucu. Alguien pensó que la juventud necesitaba ritmo y nos vendieron el producto equivocado. Nadie podía sospechar que, detrás de la imagen de un sudamericano más que se lanzaba a la carrera de conseguir la popularidad y el éxito, existía un auténtico tesoro por descubrir. Un tesoro que, por poco, hubiese podido quedar enterrado dentro de su humanidad, sin que ninguno de nosotros hubiésemos recibido ni una sola gota de su sensibilidad, de su nada común visión del mundo desde lo alto de los ideales y de la magnificencia de poder juzgar las debilidades y vanidades mundanas, cual pájaro desde el aire, donde construyó esos castillos que, los más incrédulos y egocéntricos, tacharon de locura .... jajaja .... locura .... con lo bien que uno se siente observando con los ojos de las nubes de algodón.
Alberto Cortez, junto con Joan Manel Serrat, ha sido siempre para mí ese hombre capaz de llegar a mis más profundos sentimientos. Sus poemas, colgados de las notas de su guitarra, nos han dejado al descubierto un ser "especial", "distinto" y mucho más, por haber nacido hombre. Normalmente, los hombres no son sensibles por naturaleza. Pero, de vez en cuando, a alguna mujer se le es concedido el don de ser compañera de esta extraña mutación.
Cada vez que he asistido a sus conciertos en el Palau de la Música, ha conseguido llevarme hasta un estado de éxtasis emocional que perdura en mi interior durante varios días. Cerrar los ojos y visualizar sus palabras, sus pensamientos, sus verdades, sus sátiras, sus detalles desgranados por su perfecto y adecuado tono de voz, consigue que me olvide de que existe un mundo y que tengo los pies pegados en un suelo. Me siento volar como las gaviotas ... aunque esto sea imposible.
Ni buscando con lupa, podría nombrar ni una sola de sus canciones que no me haga vibrar en algún sentido. Ni uno solo de sus versos, ni una sola de sus palabras porqué, incluso hablando y contando cómo han nacido sus maravillosas inspiraciones, se nos muestra de una humanidad, sencillez, humildad y cariño, que se escapa del globo terrícola ... por eso sus ecos se expanden por las estrellas a través del universo.
Una canción en particular y quizás la imagen de su historia, me transmite una sana envidia de la mujer fuente de ese manantial que brotó desde el corazón de Alberto: Te llegará una rosa.
Cuando tuvo forzosamente que viajar por trabajo, se puso de acuerdo con el florista de la esquina de su casa y acordó que, mientras él estuviese fuera, su compañera recibiría cada día una rosa para que le sintiese cerca ....... Dime tú si eres mujer ¿cómo no se podría querer a un hombre que inventase el modo y la forma de estar junto a ti, sin estar??? Hace millones de años que revivo en busca de alguien así. Nunca he conocido a Alberto Cortez. Pero tengo la esperanza de que alguna vez, en un sueño, llegue a conocer cuanto amor te puede llegar a través de un recuerdo, una flor y una canción.
Cierra pues los ojos, pide un deseo y besa los pétalos ..... el pensamiento lo puede todo.
Isabel
21 mayo 2009
Isabel
21 mayo 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario