
Es curioso lo que, desde toda la vida, me ocurre antes de una gran tormenta. Nunca he sabido si existen más personas con los mismos síntomas; pero seguro que así es. Si estoy dormida, acostumbro a sentirme sumida en extrañas pesadillas que me obligan a dar vueltas y vueltas en la cama. Con la luz del primer relámpago, me despierto de golpe. A tiempo para oír el primer trueno. Siempre puedo cerrar ventanas con la tenue lluvia primeriza.
¿Porqué me afecta tanto el tiempo?. Porque en los días grises mi estado de ánimo es sumamente bajo y mis luces de esperanza quedan absolutamente veladas por la tristeza, la desmoralización, falta de energía y una imperiosa necesidad de no pensar. Cuando era joven, eso no ocurría; tenía proyectos, vislumbraba futuros idealistas y amores románticos e inmortales. ¡Lo que hace la juventud!. ¡Lo que cambian los años!
El sol. Necesito el sol como el aire, como los alimentos que mantienen mi cuerpo, como mi propia vida para subsistir. Me da luz, energía, esperanza, me llena de nuevas ilusiones, de pensar que estar aquí vale la pena, tan sólo por contemplarlo majestuoso y brillante sobre un mar de rizos plateados que saludan su omnipotencia.
A medida que pasan las horas, impasible, rodeada de silencio y a media luz en el sofá, siento necesidad de llorar; de vaciar mis miedos, mi rabia, mis pensamientos de soledad y de i

Sigo esperando la tormenta. Alerta al firmamento. Y no pierdo la esperanza de que mañana, o el lunes, vuelva a brillar el astro rey. Vuelva a pensar que vale la pena vivir por alguna razón.
Un pensamiento que deriva en una emoción y que la mente pretende contar a tu SER lo que ocurre…Todos los estados de ánimo están condicionados por nuestro pasado. Un determinado olor antiguo, esa luz igualita a aquella que vimos aquél día que estábamos tan desesperados por algo que ocurrió. La misma mirada que te observó y sentenció, el roce del Aire pre-tormenta que roza tu cara. Si te fijas el pasado tiene una carga emocional que nos condiciona nuestro presente , único momento en el que todo está bien, no hay agua retenida y si nos dejamos fluir pronto nos daremos cuenta que AHORA nada de aquello que proyecta nuestra mente ocurre. Tu poder está aquí y ahora.
ResponderEliminarBesos
Paco